Un día, en el campo, ella miraba absorta como un grupo de minúsculos animalitos blancos recién nacidos eran transportados por una interminable hilera de hormigas, las cuales se movían incesantemente hacia y desde el hormiguero.
-Mira, ven, ¡verás cuántas hormigas hay en el granado! Es que tiene piojos blancos y vienen a comérselos.
Me acerqué y le dije que la cosa no funciona así, que las hormigas son las que han traido a los piojos, que en realidad lo que ocurre es que las hormigas "cosechan" a otros animales, traen huevos a la planta, los cuidan hasta que crecen y se los llevan al hormiguero como alimento para sus crías. Le conté que en realidad lo que estábamos viendo eran los pastores con su rebaño. También le dije que hace ya muchos años que los más arriesgados zoólogos postularon que las hormigas se encuentran, realmente, en una etapa similar a lo que fue el Neolítico para el Homo Sapiens.
Ella lo comprendió al instante pero no dejó de mostrar un ligero escalofrío.
Esto me lleva a seguir una línea de pensamiento un poco imprevista, espero que el lector me siga con facilidad:
También conocemos fósiles que nos indican la existencia de especies de animales que dominaban el planeta y que, en un breve lapso desaparecen por completo.
No puedo dejar de pensar en que ya hace 65 millones de años de la última de ellas y estamos en puertas de la siguiente.
Pues bien, si esas hormigas que están en el Neolítico continuaran avanzando a ritmo similar al humano, en tan sólo 15 o 20.000 años podrían estar a un nivel tecnológico similar al actual. Tendrían fábricas, redes de comunicaciones, dominarían la energía atómica y, todo ello, a un nivel mucho más reducido conforme a su tamaño.
Si las hormigas fueran tan descerebradas como nosotros, podrían alterar el ecosistema de tal manera que en unos cuantos miles de años el planeta fuera inhabitable para el homo sapiens y otras especies de gran tamaño. Ocurriría una extinción en masa.
Pero, ¿y si ese no fuera más que otro caso en la repetida historia de la especie que desarrolla inteligencia, comienza a dominar su entorno, se enfrenta primero a sus predadores y los derrota y, ya sin freno, se dedica a adueñarse de todo a costa de la destrucción de la anterior especie inteligente que no supo adaptarse? ¿Y si el único organismo inteligente que siempre sobrevive es Gaia, el propio planeta vivo, la Madre Naturaleza omnipotente que se autorregula?
Definitivamente, tengo que dejar de pensar.
Enviado por cspesquero a las 12:11 | 5 Comentarios | Enlace
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